viernes, 30 de enero de 2009

«LA BELLEZA?»

-a ezra pound-

eya se interesaba, decía interesarse
por nuestras así yamadas ilusiones
i pedía comprensión para su estado de viudez poética (solía gritarlo) un poco de calor a secas, alguna vez también pidió; pero a nos solo nos el
estado de nuestras finanzas, la copa de vino, alguna rajadura, i todo a
que
yo que poco nos importaba, qué poco nos importaba por aquel entonces
---

pero como es relativamente barato -o lo parece- i a veces de nada más se trata que de beber muy lentamente i como al descuido
de la copa del dolor
i del hastío
--
yo la sentaba en mis rodiyas
i arturo erraba, como era su costumbre, a. rimbaud por los corredores
del herror que se escribe sin hache, i nos vendía de la canasta de sus rosquitas
esa su mercadería peligrosa pero nada Bella, imbéciles!
---
i eYA que se disculpaba balbuciente era, de alguna manera, qué o quién era?
i luego descubriera su valor de plus valía i pasara a ser eya la perseguidora
i a exigir una suelta de palomas (blancas) por su par de senos en pleno
---
i solicitudes, ruegos, filosofía de medianoche
una sesión de análisis
por una sola sesión de manoseos
nunca un orgasmo verdadero de luces de locura de cristales pisoteados
nunca
i hoy la perseguida yace en este catre
maltrecha, desgreñada
mostrando una peluca mal calzada
lanzando una risotada que rebota por el cuarto
i un olor que no proviene de su sexo precisamente
algo que no huele: tufa
---
ah, demonios, qué arrastrada inmunda es LA BELLEZA
con sus presidios, con su sonrisa de papel carbónico o presidente
en la sonrisa pónte de pie maldita!, cúbrete las varices…, no te hagas
pis encima, sirve la comida i fuera!, vuelve a tu perrera
--
déjame morir la pipa fabulosa

No hay comentarios: